Tuesday, September 26, 2006

CUANDO SE ROMPE EL SUEÑO....o mi pinguino Hacker

Anoche soñé no sé si dormida o lúcida, pero parecía relidad, el mismo material del que están hechos los sueños....con un pinguino, casi humano, debe haber sido “La marcha de los Pinguinos” que he visto como siete veces por la admiración a su capacidad de recordar a sus amores, por ser monógamos, por amar a sus hijos y especialmente por lo jugetones que son cuando llevan a sus pinguinitos sobre sus patas, para que no se les enfríen ¡ ; qué humanos que son, qué pinguinos que son mejor dicho. En fin era un pingüino, estaba vestido con una caquetita roja, ropa negra y jugaba a ser director de orquesta, era divertido, como los secundarios, como los directores con batuta, genial.

Este pingüino se llamaba Haker, era tan lindo que lo quise regalar, siempre regalo lo que encuentro lindo para que otro pueda disfrutar ese mismo placer de encontrarlo. Se lo mandaba a un amigo que no veía hace tiempo y que jugaba con los animales, seguro que lo amaría más que yo, le encantaría.

Y mi sueño se convertía en pesadilla, lo recibía y el amigo se indignaba, lo encontraba horrible, no le gustaba y lo mandaba preso y yo sentía que con ello también castigaba y amordazaba u gesto de cariño que le enviaba. Y con ello rompía el sueño, desperté y me puse, como siempre a analizar mi sueño.

Siempre los sueños se rompen justo en el momento del dolor o del placer.

Cuando se rompe un sueño con dolor, una enorme tristeza invade, ¿o es que el sueño no tiene final?
Muchos querrían vivir esto, porque que todo fracaso es el comienzo de un nuevo viaje.
Porque perder no es más que el comienzo de una nueva búsqueda; la de ese algo que es imposible perder.
Solamente cuando uno entra en un estado de total desilusión por el mundo y sus éxitos, solo entonces comienza la búsqueda espiritual del individuo.

Quizás no esté todavía absolutamente consciente de ello, pero hay algo enormemente excitante en este cambio, una nueva felicidad que comienza a elevarse detrás de la cortina de la tristeza — la emoción de una nueva búsqueda, de una nueva vida, de una nueva forma de ser.

" No veo el fin de esta búsqueda ¿ Hay acaso un final ?"

Hay un principio y un final de la mente, hay un principio y un final del ego, pero no hay un principio y un final en mi ser.

No hay principio en el misterio de la existencia y no hay final en mí.

No veo el fin de esta búsqueda ¿ Hay acaso un final ?

Es un proceso continuo. Más y más misterios me están esperando, de ahí mi emoción después de hacerme responsable de mi sueño, al final que es mío.

El estar en el límite de la existencia permanentemente me provoca el éxtasis de saber que la vida no tiene fin, de saber que cuando llego a una cima, de repente otra cima me reta — otra cima más alta, tal vez, más difícil de escalar, más peligrosa.
Y cuando llegue a esta otra cima, encontraré otra, y otra, y más cimas más y más altas.
Imagino por un momento que llego a un punto, y ya está no hay nada más.
Si esto ocurre me aburriré pronto será mi único destino!.
Y la vida es una danza.
Muchas cosas van a ocurrir, y muchas más continuarán ocurriendo.
El misterio no acaba nunca, no tiene fin. Por eso es un misterio porque es eternamente indescifrable.
Y en esto radica la alegría de mi existencia. El esplendor de la vida radica en mantenerme eternamente ocupado, buscando, explorando.
Es una exploración continua, una eterna aventura.
El vivir y el doler es la verdadera naturaleza; vivir responsablemente siendo, sin caretas es absolutamente necesario.
Estar estático es natural espontáneo, vivir sin amar, sin cariños, amordazando las emociones buenas no requiere ningún esfuerzo, ser de ése modo y no sentirse miserable requiere un gran esfuerzo.

Pobre mi Pingui, qué miserable lo hicieron¡

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